sábado, 29 de noviembre de 2008

Extracto de un cuento de M. Benedetti (parte final)

"Bueno, y sobre todo, está mi nieto, que creo es lo único que me mantiene vivo. Es decir, me mantenía. Porque ayer por la mañana vino y me besó y me dijo abuelo, me voy por quince días a Denver con el tío Braulio, ya que saqué buenas notas y me gané estas vacaciones. Yo no podía hablar (y no sé si hubiera podido, porque tenía un nudo en la garganta) ya que también estaban en la habitación mi hija y mi yerno y ni yo ni mi nieto íbamos a violar nuestro pacto de sangre. Así que le devolví el beso, le apreté la mano, puse un instante mi muñeca junto a la suya como testimonio de lo que ambos sabíamos, y sé que él entendió perfectamente cuánto lo iba a extrañar ya que no iba a tener a quien contarle cuentos inéditos. Y se fueron. Pero tres o cuatro horas más tarde volvió a entrar Aldo, y me dijo mire, abuelo, que Octavio no se fue por quince días sino por un año y tal vez más, queremos que se eduque en los Estados Unidos, así aprende desde niño el idioma y tendrá una formación que va a servirle de mucho. Él no se lo dijo porque tampoco lo sabía. No queríamos que empezara a llorar, porque él lo quiere mucho, abuelo, siempre me lo dice, y yo sé que usted también lo quiere, ¿no es así? Se lo vamos a decir por carta, aunque mi cuñado lo va a ir preparando. Ah, y otra cosa. Cuando ya se había despedido de nosotros, volvió atrás y me dijo, dale un beso al abuelo y que sepa que estoy cumpliendo nuestro pacto. Y salió corriendo. ¿Qué pacto es ese, abuelo? Cerré los ojos por pudor, aunque como siempre lagrimeo, nadie sabe nunca cuándo son lágrimas de veras, e hice un gesto con la mano como diciendo: cosas de niños. Él se quedó tranquilo y me abandonó, me dejó a solas con mi abandono, porque ahora sí que no tengo a nadie, y tampoco a nadie con quien hablar. Me tomó de sorpresa todo esto. Pero quizá sea lo mejor. Porque ahora sí tengo ganas de morir. Como corresponde a un despojo de ochenta y cuatro años. A mi edad no es bueno tener ganas de vivir, porque la muerte viene de todos modos y a uno lo toma de sorpresa. A mí no. Ahora tengo ganas de irme, llevándome todo ese mundo que tengo en mi cabeza y los diez o doce cuentos que ya tenía preparados para Octavio, mi nieto. No voy a suicidarme (¿con qué?), pero no hay nada más seguro que querer morir. Eso siempre lo supe. Uno muere cuando realmente quiere morir. Será mañana o pasado. No mucho más. Nadie lo sabrá. Ni el médico (¿acaso se dio cuenta alguna vez de que yo podía hablar?) ni el enfermero ni Teresita ni Aldo. Sólo se darán cuenta cuando falten cinco minutos. A lo mejor Teresita dice entonces papá, pero ya será tarde. Y yo en cambio no diré chau, apenas adiosito con la última mirada. No diré ni chau, para que alguna vez se entere Octavio, mi nieto, de que ni siquiera en ese instante peliagudo violé nuestro pacto de sangre. Y me iré con mis cuentos a otra parte. O a ninguna".

(Pacto de Sangre - 1981)

Me enviaron esto a un foro de seguidores de la obra de Benedetti... simplemente me encantó y esta noche lo desempolvé de entre uno de mis tantos recuerdos lejanos para compartirlo con ustedes.
Les dejo un abrazo fraterno en esta noche en que las estrellas permanecen ocultas en este lado del continente, o tal vez iluminándole el camino a otros viajeros de tierras más lejanas y necesitadas de sueños.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

A la memoria de una sonrisa

http://www.youtube.com/watch?v=ruhYQg20Wbc

Hoy (26 de Noviembre) quiero comenzar el día recordando maravillosos momentos... a un mes de la partida del amigo, de un amigo que llenaba mi existencia (y la de muchos de mis compañeros casi hermanos) con sonrisas constantes y eternas que no eran más que él mismo en su expresión más básica, en su más pura esencia.

A ese muchacho soñador, viajero y apasionadísimo a las carreras de autos, tanto que lo volvió parte suya; a ese tipaso de lo más tierno y agradable, de los amigos-hermanos que siempre te colman la vida de color aunque estés pasando por momentos oscuros, que siempre llega de donde esté - aunque estuviera a cientos de kilómetros - tan solo para compartir un cumpleaños, un concierto, un fin de semana de relax, una juerga a punta de guitarra y cajón, de esos que llegan a mitad de un campamento con un "juanito" o algo de comer en la mano y el alma dispuesta a compartir.



Y es que tantos momentos tan hermosamente vividos no se borran ni aunque pasen mil años, porque la amistad es eso, es mucho más que eso, es darlo todo por los amigos y por las personas que quieres, y me consta que él es así, que es propio de su naturaleza.
Tanto compartir, tanto dar y tanta alegría de recibir, eso es lo que describe a un amigo de verdad, y también a un tropero... porque él es un tropero en todo el sentido de la palabra (palabra que algún día, a quienes desconocen todo lo que significa y abarca ese grupo de personas que se hacen llamar "Tropa Cósmica", de alguna manera tal vez sabrán) y con ese carisma, esa alegría y esa forma de ser, ha sabido traspasar toda frontera emocionalmente imaginable, para quienes tenemos la suerte de ser sus amigos y de sentirnos muy orgullosos y felices de ello.



Y se andarán preguntando por qué escribo en forma presente... y pues me queda responderles que es por lo mismo por lo que he decidido dedicarle este espacio, porque él está, como estuvo siempre, porque no se ha ido, solo que ahora se encuentra en otro espacio, un tiempo más adelante que el nuestro y más vigilante que nunca de nosotros, como el buen amigo que es y ha sido siempre, de esos que no te abandonan jamás; corriendo sus autos ahora en otras carreteras, etéreas, más allá del cielo y las estrellas, a la espera del momento de una nueva reunión a la que tal vez tardemos algo más o algo menos en llegar, pero él sabe que llegaremos, porque una hermandad como la nuestra es y será una sola, siempre.

HASTA SIEMPRE DANNY!!



lunes, 24 de noviembre de 2008

Domingo Rojo

Decidí llamar así a la presente edición, porque hoy un primo mío recibió el sacramento de la confirmación. Como sabrán, este es un rito católico... y pues vengo de una familia católica y no tengo nada en contra de ello.

Yo por mi parte, he andado el sendero de mi vida (y digamos la actual - ya que mi filosofía me lleva a creer en la reencarnación - y ese es tema que puede extenderse todavía más y ya será parte de otra temática a tratar luego), nacida, bautizada y comulgada católicamente... pasando en etapas de la adolescencia por un "ateísmo" a medias (que luego de tres años se me quitó de repente), volviendo luego a los caminos del catolicismo, empezando después, a los casi 16, a interesarme en el hinduísmo en todas sus formas, y así seguí por mucho tiempo, aunque sin poder convertirme por completo, a causa de mi "anti-vegetarianismo" irremediable (después de ser consumista de carne desde que tengo uso de razón, hay cosas que parecen no poder cambiarse); me hice fanática del hatha yoga, los libros de filosofía vedanta, la escritura sánscrita (de allí el invento de mi nombre de poeta, Dhanaisha) y de conocer a personas relacionadas y convertidas a esta filosofía.

En tiempos posteriores, hace dos años aproximadamente, habiendo sentido siempre afición por la historia, la literatura, las leyendas y temas similares, tuve la suerte de toparme con una Orden religiosa - militar muy antigua, la cual me abrió sus puertas y me recibió de la mejor manera. He tenido momentos grandiosos allí, y les agradezco tremendamente la acogida. Pero mi sed de curiosidad y de explorar nuevos caminos, me ha permitido continuar en la búsqueda de mi evolución espiritual; y actualmente me encuentro en medio de una preparación y meditaciones budistas, y de gente con la que me siento demasiado bien... y eso me lleva a una pregunta constante: ¿será ese el camino que estuve buscando todo este tiempo?

Pero volvamos al tema que me llevó a escribir esto, mi primo... aquel enano llamado Jesús - quien coincidentemente nació un 25 de Diciembre, día en que se celebra la Navidad para los cristianos - quien ya a sus 16, no está tan "enano" (solo es una forma cariñosa de decirlo) y se apellida Rojo (si siguen leyendo, verán por que recalco eso), y quien sí comparte ideas cristianas con la familia y a quien he visto crecer día a día y me agrada tanto ver como va andando por el camino de su vida. Tal vez a uno, a más de uno, o a ninguno de ustedes les interese el tema - y ninguno de los temas tocados en esta publicación - pero como es mi "espacio de la expresión", es como suelto lo que siento, y decido nombrar a este día de Domingo como mi "Domingo Rojo" (título el cual coincide también con el nombre de una canción de mi admiradísimo cantautor Silvio Rodríguez).

Eso es todo por hoy. Buenas noches los pastores :-P